Bitácora 2

Actores denuncian su propio drama laboral 

“Querían dar un golpe de realidad. Los actores que los colombianos ven por televisión, en teatro o en una sala de cine, y a quienes imaginan millonarios, querían decir que no es cierto, que son “trabajadores” y, aún más, que tienen serios problemas de derechos laborales ” ( el tiempo, 2014)

Aunque Colombia ha sido reconocida en ocasiones internacionalmente por la influencia de novelas como “Yo soy Betty, la fea” novela ganadora de el Guinness Records 2010 (RCN televisión, s.f. ) y su fuerte crecimiento actoral, la realidad de los miles de actores y actrices que viven de ésta profesión es crítica. Aquellos que se han visto detrás de las pantallas nacionales e internacionales hacen parte del conflicto económico actual que se evidencia en algunos sectores laborales. La remuneración que deja esta labor es deficiente, se presenta una falta de cobertura extensa para asegurar una jubilación exitosa, no cuentan con estabilidad laboral y la presencia de novelas extranjeras que se mantienen en una excelente sintonía ha dificultado la labor para los mismos.

Las leyes de la industria cinematográfica han establecido impuestos a los productores que usan el país como escenario de sus películas, éstos representan una fuente de ingreso para la nación, aquellas regalías que deben ser pagadas a los actores, es decir el reconocimiento económico por los programas de entretenimiento televisivo que han realizado con cualquier entidad empleadora, deben ser pagadas y otorgadas al actor o actriz de manera obligatoria, ya sea por motivos de lanzamiento o re estreno de cualquier programa realizado por el mismo; los actores denuncian que aquellos reconocimientos ya no les son otorgados, que el trabajo que hacen ya no se les es reconocido como antes.

Esta denuncia ha revelado diferentes problemáticas a las que se enfrentan en este momento los actores colombianos, en primer lugar, las condiciones dignas que requiere cualquier trabajo, las prestaciones o servicios de salud no se dan de forma adecuada, a ésto se suma la extensión de horario laboral continúo, algunos actores llegan a grabar durante 18 horas seguidas- un horario que incluye esfuerzo tanto físico como mental y que en muchas ocasiones no es bien remunerado. Por tanto, por estas reformas se hacen necesarias en pro de contribuir a unas óptimas condiciones laborales ya que por ley todas las personas que realicen algún tipo de trabajo con remuneración monetaria tiene derecho a condiciones dignas de trabajo, esto incluye una modificación en la manera en que estas contrataciones se realizan poniendo en un lugar más importante a el actor y el trabajo artístico que este realiza. 

Es un perjuicio para personas que le ofrecieron su mejor época a la construcción de la televisión colombiana, y una insatisfacción ante el incumplimiento de una realización laboral y monetaria. Así, se vive una adecuación por parte de los actores, en búsqueda de una estabilidad económica y formas alternas de vivencia diaria; si bien es cierto que la sociedad actual de consumo y las políticas cada vez más privatizadas se centran principalmente en el mercado laboral, se hace necesario un fortalecimiento en el sector artístico que desde muchos ambientes se tiene olvidado. Siguiendo ésta línea, se hace necesario preguntarse: ¿Cómo incentivamos iniciativas artísticas en nuestros ambientes cercanos? y ¿Cuál es el estado actual de otros focos artísticos como la danza y la música?.

Esta problemática se encuentra latente en todas las zonas del país, sin embargo el epicentro de estos movimientos se encuentra en la capital, como punto de confluencia social y de centralización administrativa, de igual forma es punto de mayores oportunidades laborales para este medio; las academias de actuación y producción se encuentran localizadas en las grandes ciudades y ejemplo de la centralización capitalina. De allí se derivan otros problemas como la migración laboral, el comienzo de iniciativas informales y los actos culturales en Bogotá.

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