Grupo 12
Análisis Final:
Ahora que llegamos a la culminación del semestre, debemos
recapitular sobre las noticias más relevantes durante los primeros meses del
nuevo gobierno de la ciudad.
Tomado de guauymiau.com |
En principio, queremos resaltar que la actitud de la nueva
administración indica un fuerte compromiso con la lucha contra la corrupción
que permeó muchas de las instituciones y de las ejecuciones de la
administración anterior. Sin embargo, un compromiso claro contra los malos manejos
de los recursos públicos no es suficiente para liderar políticas
institucionales y, en condiciones normales, es decir, en un país con
instituciones sólidas, esta característica se presume como condición
indispensable para ejercer un cargo público y no como un activo de un político
en particular.
El talante de las propuestas y de los proyectos del alcalde
en temas tan apremiantes como el de movilidad despierta muchas dudas sobre su
conocimiento de la ciudad. La crítica que se le hacía a Petro durante la
campaña ha venido tomando relevancia en la medida en que el alcalde exhibe,
cada vez más, una clara inexperiencia en el manejo administrativo y muchas
deficiencias en la ejecución de las políticas públicas, haciendo propuestas sin
soportes técnicos claros o sin presentar estrategias concretas para llevarlas a
la praxis. En ocasiones incluso pareciera que el alcalde siguiera en su papel
de congresista.
Un ejemplo de esto es que algunos puntos del Plan de
desarrollo parecen más una declaración
de buenas intenciones más que una hoja de ruta para la ciudad. En el caso de
las prioridades de la infraestuctura de movilidad, en donde el primer lugar lo
ocupa el peatón, es contradictorio que el alcalde anuncie la construcción de
nuevas troncales de Transmilenio sin las obras de adecuación de andenes que
siempre las han acompañado, aduciendo razones económicas para justificar esa
decisión. Respecto de la política de vivienda del alcalde, no se entiende muy
bien cómo podrá cumplir sus metas en la edificación de viviendas VIP y mantener
su posición de densificar -no ampliando las zonas urbanizables perimetrales de
la ciudad- demográficamente a la ciudad sin que esto afecte notablemente las
finanzas del Distrito, dado que los terrenos en el “centro ampliado” son más
costosos y requieren de intervensiones en ingeniería más onerosas para
adecuarlos para vivienda de interés social.
En fin, si bien Petro es un tipo honesto, todavía tiene que
demostrar que sabe trabajar en equipo, que, como todo buen líder, sabe escuchar
y delegar, eso si no quiere parecerse a un expresidente que el solía criticar
con vehemencia.
La conclusión a la que llegamos luego de este ejercicio de
seguimiento sobre la temática de la administración pública en el Distrito se
concentra especialmente en reconocer la importancia económica del la ciudad en
el contexto económmico del país. Bogotá paga casi la mitad de todo el impuesto
al patrimonio en Colombia, eso quiere decir que aquí se concentra casi la mitad
de la élite económica de todo el territorio nacional. Aún así, el control
social que se ejerce sobre el patrimonio público en Bogotá es lamentable. Otro
tema que nos legó el observatorio del que participamos es que las fragilidades
institucionales tienen por una de sus causas la falta de compromiso de los
gobernantes con la memoria institucional. Si en cada cambio de gobrierno se
abandonan o modifican sustancialmente los proyectos legados por las
administraciones anteriores, no podremos contruir una ciudad con sentido de
pertenencia. Es importante que los gobernantes elegidos entiendan que, si bien
es importante cumplir con las promesas de campaña, es aun más importante que
las instituciones cumplan con los compromisos que adquieren con la ciudadanía.
Finalmente, la ingerencia del aparato institucional sobre los ciudadanos
perdura por generaciones enteras; por el contrario, el ascendente de un
individuo es momentáneo y, en ocasiones, puramente anecdótico.
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